Nadie sospechaba que la celebración del que iba a ser un gran día para todos, la boda de Pepa y Silvia, se convertiría en una pesadilla de la que no podrán escapar… Tras desmantelar la organización de la mafia italiana en España, «el Gordo», el número de la Camorra, no está dispuesto a olvidar, planea acabar con todos los hombres de la Comisaría de San Antonio.
La mafia napolitana tiene rodeado el caserío donde se va a celebrar la boda y cuando «el Gordo» de el pistoletazo de salida a sus hombres para disparar, comienza un tiroteo en el que de entrada dos de los policías son malheridos. Con pocas armas, escasa munición y sin cobertura en los móviles, Paco y sus hombres tendrán que resistir como sea. Cuatro de ellos serán acribillados.
Lucas irrumpe justo a tiempo para el banquete de la boda, y todos se llevan una sorpresa, excepto Paco y Mariano que ya sabían que llegaría a tiempo. Sara no sabe cómo reaccionar, pero Aitor no está dispuesto a dejarle el camino libre a Lucas. Cuando parece que van a empezar a pelearse por ella, son sorprendidos por el tiroteo y tienen que posponer su enfrentamiento para intentar llegar al coche que está fuera de la casa y conseguir un walkie para pedir refuerzos.
Sin embargo, no podrán reprimir sus sentimientos mucho tiempo. Mientras, Sara se encuentra sola fuera de la casa escondida en un coche, sin poder moverse de ahí. El triangulo amoroso se desmantelará con la elección definitiva de Sara.
Curtis escolta a Francesca, la mujer de Bravante, el número dos de la Camorra, que espera para declarar ante el juez. Para evitar que la mafia atente contra ella, solicitan que sea la jueza la que vaya a la comisaría a tomarle declaración. Blackman interviene para advertir a Curtis de que la jueza puede estar presionada y que Francesca corre peligro.